domingo, 9 de octubre de 2011

LA MISIÓN DE LOS CRISTIANOS

La Misión de los Cristianos
El documento Aparecida invita a todo cristiano a ser colaborador en la misión del evangelio, para darlo a conocer a todas las personas que carecen de él. Teniendo como referencia lo tratado en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, aparecida propone a los católicos un seguimiento constante a de Cristo, debidamente estando en un constante alimento de la fe. Por la virtud de ser bautizados los cristianos están llamados a ser discípulos misioneros de Cristo dando testimonio. Los cristianos como Iglesia están en condiciones de pensar estrategias que influyan en las personas, para que todos conozcan la verdad.
Para ser un buen cristiano se parte de una experiencia con Dios, partiendo de este conocimiento, se abren nuevos horizontes para ser más decisivos en la vida y que las acciones que se realicen sean acertadas teniendo por base la luz del espíritu. La Iglesia para este envió da la fuerza y el dinamismo que necesita el cristiano para afrontar situaciones y desafíos que competen a los mensajeros de la palabra, teniendo en cuenta lo que dice el señor: “no tengan miedo” (Mt. 28, 5), esta frase se encuentra en la sagrada escritura trescientas sesenta y cinco veces, esto reafirma el acompañamiento de Cristo todos los días del año, de tal manera, cualquier dificultad es llevadera y los fines son fructíferos en la labor encomendada por la Iglesia y el mismo Cristo.
El santo padre Benedicto XVI, juega un papel importante como vicario de Cristo en la tierra y ejemplo de vocación, discípulo y misionero de Jesús, él impulsa la idea y motiva desde su potestad como sucesor de Pedro el fundamento y la razón por la cual Cristo el hijo de Dios vino al mundo y dejo su legado a los apóstoles para que su proyecto se esparciera por todos los confines del universo, mostrando al hombre porque ha sido creado y la realidad de su vivencia. El pecado fue la causa por la cual Cristo vino al mundo, el pecado fue y es el que aleja al hombre de la gracia y relación con Dios, por lo tal, Cristo no quiere que se pierda la amistad, ÉL como salvador quiere que todos gocen de la plenitud del amor de su padre ante su presencia en el cielo.
Como manifestación del llamado que hace Cristo, se basa en tres pilares: la vida, la vocación y la santidad, razones por las cuales fue creado el hombre.
Los católicos deben acudir a dimensiones o formación que los capacite, abarcando una serie de aspectos que contribuyan a la integralidad humana, no excluyendo los hermanos que dependen de la caridad, al contrario, si se pretende ser forjadores y promotores del reino de Dios, para así afrontar lo propuesto por el evangelio, ellos se deben enamorar de Cristo, optando por sendas que conduzcan a la verdadera paz y felicidad que busca el hombre.
Las realidades o causas por las cuales el hombre debe tomar conciencia y contribuir al cambio son: la guerra, el hambre, la destrucción de hogares, la desmoralización, la drogadicción, el aborto, el daño en los recursos para subsistir y demás situaciones deplorables de la vida de los humanos, el hombre debe revisar el papel   que se desempeña en la sociedad. Este es un problema sumamente delicado e indica la falta de hombres y mujeres que luchen y velen por la armonización de la sociedad. Es el momento donde los cristianos a ejemplo de Cristo, entren en un accionar que cambie y equilibre al mundo.
Para los no creyentes o creyentes y no están acordes a un buen cristiano, se habla de un proceso de conversión, el cual inicia desde una etapa llamada kerigma o introducción a la Iglesia, donde Cristo dejo legada su obra, en una serie de ámbitos en donde Cristo se hace presente y se da desarrollo a su obra. Así el hombre desde su naturaleza divina como hijo de Dios se hace digno de estar ante su presencia y gozar de las promesas celestiales.
El SS. Benedicto XVI motiva a los cristianos a hacer propio y dar a conocer este mensaje:
« ¡No teman! ¡Abran, más todavía, abran de par en par las puertas a Cristo!... quien deja entrar a Cristo no pierde nada, nada –absolutamente nada- de lo que hace la vida libre, bella y grande. ¡No! Sólo con esta amistad se abren las puertas de la vida. Sólo con esta amistad se abren realmente las grandes potencialidades de la condición humana. Sólo con esta amistad experimentamos lo es bello y nos libera… ¡No tengan miedo de Cristo! Él no quita nada y lo da todo. Quien se da a Él, recibe el ciento por uno. Si, abran, abran de par en par las puertas a Cristo y encontrarán la verdadera vida».1
En el discurso inaugural del papa Benedicto XVl, resalta la fe y el desarrollo cristiano en la diversidad de culturas latinoamericanas teniendo en cuenta sus tradiciones, historia y lengua, sobre todo su identidad. Las creencias de los latinos se han caracterizado por su alegría y generosidad, el documento habla significativamente sobre la fe y el valor que ha tomado en los distintos pueblos latinos. Aparecida expone una serie de circunstancias o momentos de la historia donde se evidencia la presencia de un Dios entre los hombres, se reitera en todo el documento la misión y promueve la respuesta a este llamado que nos hace el mismo Cristo.
El papa exhorta a los latinos a vivir como lo propone Cristo en su palabra, invitando a ser discípulos y misioneros para llevar la buena noticia a los hermanos que por las adversidades de la vida se hayan excluido del conocimiento de la verdad. Nuevamente su santidad Benedicto XVI hace una invitación en general, ser testigos de la fe y reflejo del amor de Cristo, siendo evangelizadores para todas las gentes.
Las personas han buscado el conocimiento y realidad de su existencia, Por lo tal, a lo largo del existir, en el ser humano han surgido interrogantes los cuales han marcado la vida teniendo esperanza de sobrepasar limites, preguntas que obtienen respuesta en el creador de todas las cosas, ÉL se manifiesta verdaderamente en los hombres que creen, la existencia de alguien superior se ha difundido de generación en generación, además el hombre al ser creyente se hace partícipe de una realidad que da fin a todos los sufrimientos y desventuras del hombre, “la salvación”.
El pueblo latinoamericano es dichoso de conocer un Dios verdadero, que ama y está dispuesto siempre a perdonar. Tradicionalmente los cristianos a partir de la salvación comprenden la realidad de la venida, pasión, muerte, resurrección y asención de Jesucristo, con aquellos sucesos se desarrollo la obra salvífica en la tierra. Antes de Cristo no se contaba con dicha gracia, hoy, en el transcurrir del tiempo ella permanece intacta.
Cristo no se ha excluido en ningún instante de los hechos del ser humano, se hizo hombre y lo redimió del pecado. La humanidad todavía aun no comprende la verdad y su propósito, por ello todo creyente debe ser agente de Cristo, que muestre al mundo la obra de Dios para con los hombres y la promesa del reino que tiene preparado desde antes de la redención de su hijo. El hombre goza de un compartimiento de cruz con Jesús, al ser bautizado, se es parte en el hijo, por lo cual al estar en torno a la cruz, el deber es fortalecer y apoyar aquella verdad de la cual habla el evangelio. El bautizado se apoya en la razón más poderosa para seguir a Cristo y tomar su cruz. Cuando hay respuesta a Dios la vida se toma enserio y se renace un hombre nuevo y firme en sus decisiones.
El hombre no está sintonizado en Cristo, ¿será qué La humanidad esta falta de un plan de salvación?, los seres humanos no podrían asegurar la ausencia de un plan que saque al mundo de la esclavitud del pecado, el plan salvífico ya esta, Cristo con su pasión y muerte libero y sigue liberando. Aun para que la verdad siga su objetivo, la condición es decir “si” a Cristo. En los tiempos presentes la verdad es accesible para todos, solo falta quienes la lleven a todas las naciones. Cristo hizo su palabra vida y la reflejo en su obra más preciada, pero el mismo hombre se ha encargado de excluir la verdad de su vida y cada vez más se adentra en el pecado, Dios padre en el hijo, ha dispuesto para el hombre una vida plena y en abundancia de misericordia, pero todo aquello lo se adquiere solo con la vida centrada en la fe, esperanza y caridad.
Es conveniente apropiar la palabra del señor en la vida, estar acorde a su enseñanza, el evangelio invita a ser, “Discípulos y Misioneros de Cristo para que todos los Pueblos en Él Tengan vida”, este llamado está dirigido para las personas que ya han tenido experiencia de Cristo y quieran tenerla, del mismo modo ser testigos de la verdad y comunicarla trae grandes meritos para la vida. Todos deben transmitir la obra que el padre ofrece a los hombres, convencerse de ÉL y reconocerlo.
Todo ser humano busca la tranquilidad y un mejor futuro, el futuro es Cristo, ÉL es el ayer, el hoy y esta siempre. Jesús ofrece la verdad para vivirla en la intensidad de la fe y ser constantes en ella, teniendo en cuenta el reflejo del espíritu divino que se da al ser bautizados. El padre por medio del hijo regala su bondad para con los hombres, el hombre se necesita poner de su parte y aceptar la gracia tomándola como primicia de salvación.
El papa expone una problemática por falta de conocer a Cristo y por ello motiva el fomento del evangelio empezando por las familias, empresas, instituciones, ambientes, etc. Dice que Lo más fundamental es diversificar la fe, edificando de tal modo el cuerpo de Cristo basado en la Iglesia. Los jóvenes no dejan de ser aquellos agentes que partiendo de sus vocaciones son los futuros constructores y trabajadores de la viña de Cristo, siendo de la luz del mundo para las futuras generaciones. Es aquella que estimula la formación de los ministros como una de las tareas más importantes para el desarrollo cristiano. El resultado que espera el pueblo cristiano es vivir en comunidad como lo quiere Cristo para que en los contextos sociales se pueda construir un mundo justo y equitativo para la realización eficaz del hombre.
La vida es el don más maravilloso que regaló el creador al hombre, para el desarrollo de sus virtudes, destrezas y habilidades, incluyendo la libertad para tomar decisiones y ser libre en los actos y formas de vida. Por supuesto que la vida es el factor más involucrado en el plan de salvación ya que el hombre la perdió por la desobediencia. La vocación, otro llamado a seguir a Cristo mediante un desempeño poniendo a Cristo como guía e impulsor, en la vocación poner a Cristo en medio del trabajo es atribuirle a él las gracias que da. Las vocaciones para la vida consagrada son los más indicadas a ser patentes imitadores de Cristo, dependiendo de la formación dada a aquellos que sienten el gran llamado para dar cambio y un buen rumbo al mundo partiendo de su propio testimonio y reflejando lo que propone la Iglesia de Cristo.
Tomar la cruz como antes lo mencionaba, es tomar las riendas de la vida conjunto a la vocación, esto se demuestra en la igualdad entre hermanos sin despreciar géneros ni posiciones sociales, siendo así el constante reflejo de Cristo.
El llamado a vivir la santidad, pues Cristo dice: “sed santos como vuestro padre dios es santo” (Lv. 19, 2) Compartiendo este llamado se cumple lo propuesto por el padre, siendo llamados a la vida, vivir como lo propone Cristo, seguir a Cristo mediante la vocación, siendo santos como lo dice el mismo Dios. Podemos llevar a cabo todos los propósitos en la misión del evangelio con la ayuda de aquella misionera y discípula por excelencia, MARÍA.
El documento propone un mensaje que anima a ser misionero tomando por modelo a la santísima virgen:
«María santísima, la virgen pura y sin mancha es para nosotros escuela de fe destinada a guiarnos y a fortalecernos en el camino que lleva al encuentro con el creador del cielo y de la tierra. El papa vino a Aparecida con viva alegría para decirles en primer lugar: permanezcan en la escuela de María. Inspírensen en sus enseñanzas. Procuren acoger y guardar dentro del corazón las luces que ella, por mandato divino, les envía desde lo alto.» 2
El escrito de Aparecida es muy claro con el objetivo y la idea que se percibe, siendo conciso con la comunicación que hace a toda la iglesia en el congreso Latinoamericano, por ultimo deja claramente el designio proponiendo que:
«Para convertirnos en una Iglesia llena de ímpetu y audacia evangelizadora, tenemos que ser de nuevo evangelizados y fieles discípulos. Consientes de nuestra responsabilidad del bautismo que han dejado esa gracia y participación en el misterio pascual y de incorporación en el cuerpo de Cristo bajo una capa de indiferencia y olvido, se necesita cuidar el tesoro de la religiosidad popular de los pueblos, para que resplandezca cada vez más en ella “la perla preciosa” que es Jesucristo, y sea nuevamente evangelizada en la fe de la Iglesia y por su vida sacramental. Hay que fortalecer la fe “para afrontar serios retos, que están en juego el desarrollo armónico de la sociedad y la identidad católica de los pueblos”. No hemos de dar nada por presupuesto y descontado. Todos los bautizados estamos llamados a “recomenzar desde Cristo”, a reconocer y seguir su presencia con la misma realidad y novedad, el mismo poder de afecto, persuasión y esperanza, que tuvo su encuentro con los primeros discípulos a las orillas del Jordán, hace 2000 años, y con los “Juan diego” del nuevo mundo. Sólo gracias a ese encuentro y seguimiento, que se convierte en familiaridad y comunión, por desborde y alegría, somos rescatados de nuestra conciencia aislada y salimos a comunicar a todos la vida verdadera, la felicidad y esperanza que nos ha sido dado experimentar y gozar». 3

1 Documento Conclusivo n. 15
2 Documento Conclusivo n. 270
3 Documento Conclusivo n. 549

1 comentario:

Juan David Giraldo Narváez dijo...

Hola Daniel

Están muy interesantes los aportes de tu ensayo con respecto al documento de Aparecida.

Dios te proteja.